El arte se impregnó de las ideas humanistas y se impuso el Renacimiento, una nueva concepción artística que se inició en Italia en el siglo XV (Quattrocento) y alcanzó su plenitud en el siglo XVI (Cinquecento).
Una nueva concepción del arte.
Las nuevas ideas estéticas se difundieron por la ciudades, donde la burguesía había afianzado su poder. Al igual que los humanistas, los artistas se inspiraron en la Antigüedad, recuperaron las reglas del arte clásico, concibieron a la naturaleza y al ser humano como un todo armónico e intentaron reproducirlo ensalzando su perfección.
Los artistas quisieron plasmar en sus obras la belleza ideal. Consideraron al ser humano como la obra más perfecta de Dios y se preocuparon por el estudio de la naturaleza y de la anatomía humana. De ahí su interés por representar la figura humana y la proliferación de los retratos.
El arte se secularizó y perdió la función eminentemente religiosa que tenía en el Medievo. Aunque los contenidos religiosos subsistieron (escenas biblica, imágenes de santos...), los artistas se abrieron a nuevos temas profanos surgidos de la mitología grecorromana.
Asimismo, los artistas dejaron de ser artesanos anónimos como en la Edad Media, pues firmaron sus obras y empezaron a gozar de prestigio y reconocimiento social.
El Hombre de Vitrubio de Leonardo da Vinci
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