La repoblación de los territorios conquistados
La ocupación del territorio.
Se denomina repoblación a la ocupación de las tierras que se habían mantenido deshabitadas o que los reyes cristianos habían arrebatado a los musulmanes. Las tierras conquistadas al enemigo se convertían en propiedad del rey, que las entregaba a nobles en pago de sus servicios militares, a monjes para que fundaran monasterios o las repartía entre campesinos libres.
Los nuevos repobladores procedían de los primeros núcleos cristianos, aunque también había muchos cristianos mozárabes atraídos por los privilegios otorgados por lo reyes: libertad personal, exención de impuestos y prestaciones militares, permiso de comercio... Estos beneficios quedaban recogidos en una carta de poblamiento.
Una economía agrícola y ganadera.
La riqueza de los reinos cristianos a lo largo de los siglos IX-XII se fundamentó en la ganadería, la agricultura y la explotación de los bosques.
La actividad agrícola era de subsistencia, destinada básicamente a la producción de alimentos para autoconsumo, Se practicaba la rotación bienal y los principales cultivos eran los cereales (trigo, avena, etc.), el viñedo y el olivo, y en las zonas más irrigadas, el arroz y los productos de huerta.
La ganadería, esencial en las zonas de montaña, adquirió una creciente importancia a partir de la colonización del Tajo. Los rebaños podían contar con extensos pastos en zonas muy poco pobladas, y aumentaron las cabezas de ganado. Se criaban, sobre todo, cabras y ovejas para el consumo de carne y leche y para la producción de lana.
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